Varias décadas han pasado desde que la Salsa se internó en la cultura popular latina. Salsa, génesis de un movimiento cultural que lucha entre pasado y presente, entre resistencia y futuro, entre las raíces y la negación. Como convergencia de ritmos afroantillanos, el nacionalismo musical le ha dado paso a un criterio común de su origen cubano. En esto coinciden gran cantidad de musicólogos, historiadores y pioneros del desarrollo musical latino del siglo XX, mas en la invención de la Salsa, existen diversas experiencias y significados encontrados.
La incursión de “Salsa” en la música latina
El término “Salsa” se relaciona a la música desde la primera mitad del siglo XX como una “combinación de sabor”, en alusión al término gastronómico. A finales de los años veinte, el músico cubano Ignacio Piñeiro interpretó junto a su Septeto Nacional un son llamado “Échale Salsita”, incorporando la expresión, sin saber que sería referenciado por muchos como el precursor de un género musical (aunque en la letra del tema no existe un vínculo con lo que llegó a ser la Salsa).
La última estrofa incluye en sus versos: “Congo miró embullecido, su butifarra olorosa, son las más ricas, sabrosas, las que en mi Cuba he comido, échale salsita, échale salsita”. Congo, hace alusión a una de los grupos esclavos que llegaron a Cuba traídos por los españoles, mientras que la butifarra es un embutido de cerdo de origen español.
Fue otro cubano, Cheo Marquetti, el que a inicios de los años cincuenta fundó la agrupación “Los Salseros”, con la que grabó dos producciones de guajiras y sones.
Una se llamó “Salsa y Sabor”, que sería la primera en nombrar la palabra Salsa de una larga lista que continuaría. Ya para los sesenta, varias producciones tuvieron el término, tales como “Salsa na´ma” (1963) de Charlie Palmieri, “Salsa y Control” (1966) de Richie Ray y Bobby Cruz, “Llegó la Salsa” (1966) de Federico y su Combo, “Salsa y Bembé” (1967) de Joe Cuba; en los setenta, aparecen los Hermanos Lebrón con el álbum “Salsa y Control” (1970) y la Primerísima de Tommy Olivencia con “Cueros, Salsa y Sentimiento”. También hubo temas que alcanzaron el éxito en estos años como “Salsa y Dulzura” (1965) de la orquesta de Ray Barreto. En todos los casos anteriores, ya era “Salsa” una palabra que funcionaba como adjetivo para la música.
Paralelamente, un venezolano llamado Fhidias Danilo Escalona (1933-1985) conocido como “el bigotón”, conducía el espacio radial “La hora del sabor, la salsa y el bembé”. En 1966, Fhidias entrevistó a los músicos Richie Ray y Bobby Cruz. Cuando le preguntó a Richie “¿Qué es lo que ustedes tocan”, el pianista contestó “es ketchup”. Ante las bromas del conductor, Richie acabó resolviéndolo con que “es Salsa”.
La Salsa como movimiento musical
El productor y pionero del movimiento salsero, Ralph Mercado (1941-2009), reconoce que hasta 1971 toda la música que cubanos, puertorriqueños y neoyorkinos habían hecho en Estados Unidos era conocida como música latina. Para Mercado, la salsa se genera de la guaracha, el son, el guaguancó y los ritmos cubanos, desde la década de los años cuarenta. Mercado se atribuye junto al empresario Jerry Masucci y el diseñador gráfico oficial del sello Fania, Izzy Sanabria, como los encargados de difundir la palabra Salsa como movimiento musical por todo el mundo, rompiendo con el uso de “Salsa” como adjetivo existente hasta ese momento.
El nuevo movimiento musical tuvo aceptación y desacuerdo de parte de sus principales exponentes, principalmente porque quienes lo adversaron, percibieron en el término “Salsa” una forma de omitir las raíces musicales, especialmente las cubanas y apropiarse de un legado construído por muchas generaciones de diferentes culturas.
Para Johnny Pacheco, virtuoso flautista dominicano y director musical de las estrellas de Fania, la palabra “Salsa”, fue útil para poner un techo a todas las influencias latinas que se habían agrupado de muchos países. Salsa, era fácil para entrar en otros mercados donde no se hablaba el español y efectivamente fue una marca exitosa para que la música llegara a Europa, Asia y África.
Con Pacheco coinciden el pianista y director de la Sonora Ponceña, Papo Lucca y el cantautor panameño Ruben Blades. Los tres afirman que el origen musical de la Salsa proviene de influencias cubanas, que con variantes de arreglos y complementada con otras influencias, evolucionó a un estilo particular de los puertorriqueños, principalmente de los radicados en New York.
Sin embargo, otros artistas representativos descalificaron la expresión. Machito (1912-1984) sostenía que lo que trataban de llamar Salsa era lo mismo que el interpretaba en los años cuarenta, mientras que Tito Puente (1923-2000) bromeaba con que él no era cocinero, que él era músico, aunque con la exitosa presencia del fenómeno salsero en el mercado internacional Tito consagró su carrera al ritmo de Salsa. Otro criterio menos confrontativo, fue el de Celia Cruz (1925-2003), que aseguraba que lo que llamaban Salsa era lo mismo que cantó en sus inicios con la Sonora Matancera en Cuba. El venezolano Oscar D´ León, también se mostró resistente al término, tratando de resaltar la influencia cubana en sus interpretaciones, pero junto con Celia, se convirtieron en abanderados e íconos de la Salsa por todo el mundo.
La Salsa como convergencia cultural
Independiente de la intención con que se usó la palabra Salsa, sea como adjetivo para la música o como el nombre de un movimiento musical, las versiones encontradas forman parte de lo que al final, por razones comerciales, se llamó Salsa. Algunos musicólogos exponen que el verdadero origen de la Salsa es Cuba y como influencia musical están en lo cierto. Lo que hicieron los músicos radicados en New York fue partir de esas bases para edificarlas con diferentes matices durante décadas hasta que todos se acogieron al término Salsa para darle una identidad.
La Salsa como género toma sentido a partir de los años setenta, al convertirse en una industria musical alrededor del mundo. Reconocer algunos hechos donde aparece la palabra “Salsa”, son útiles para comprender como siempre de distintas formas el concepto ha tenido la misma interpretación, mas no representa el posicionamiento del movimiento musical. En la evolución, cada ritmo que formó parte del desarrollo cultural de las regiones latinas previo a la salsa tiene un espacio diferenciado, con sus propias características y aportes valiosos, donde al homogenizarlos con la Salsa, continúan con sus rasgos distintintivos en el tiempo y son foco de investigación y práctica en la actualidad.
La palabra Salsa despierta pasiones, modos de vida, historias de pueblos y están inmersos en el folclor del barrio latino. Ha existido siempre y comenzó a utilizarse en los ritmos afroantillanos para describir sabor y alegría. Como movimiento musical, tardó décadas en tomar un nombre, pero lo hizo para quedarse en la memoria colectiva de las comunidades latinas.
*Por Pedro Aguilar, Director de CR Salsa